La “capital del entretenimiento mundial” atraviesa una desaceleración turística que preocupa a las autoridades locales. La alcaldesa de Las Vegas, Shelley Berkley, lanzó un llamado urgente a los canadienses —tradicionalmente su principal grupo de visitantes extranjeros— para que vuelvan a llenar los hoteles y casinos que alguna vez simbolizaron el esplendor de la ciudad.
“Los viajes internacionales han disminuido. La gente no viene a Estados Unidos”, lamentó Berkley durante una conferencia de prensa a mediados de septiembre, un mes después de haber descrito en otro evento el impacto del declive turístico sobre la economía local.
Según la alcaldesa, el flujo de turistas canadienses ha pasado de ser “un grifo abierto a un goteo”, reflejando una caída sostenida que también afecta a otros mercados clave como México. “Solíamos contar con una serie de grandes apostadores que ahora mismo no están interesados en venir”, añadió.

Las cifras confirman la tendencia. Julio fue el séptimo mes consecutivo con una disminución interanual en el número de visitantes, con apenas 3,2 millones de turistas, un 12% menos que el año anterior, de acuerdo con los datos de la Autoridad de Convenciones y Visitantes de Las Vegas (LVCVA).
La dependencia de la ciudad de Nevada del turismo internacional ha dejado en evidencia su vulnerabilidad ante cambios económicos y restricciones de viaje. Las autoridades locales buscan revertir la situación con campañas de promoción en mercados clave, mientras la industria hotelera y del entretenimiento ajusta sus estrategias para recuperar el brillo que alguna vez convirtió a Las Vegas en un destino infalible.
La pregunta ahora es si bastará el encanto de los neones y las ruletas para reactivar el pulso turístico de una ciudad acostumbrada a apostar siempre a ganar.